domingo, 16 de junio de 2013

HOLA AMIGOS LES COMPARTO EL MENSAJE DE AMOR Y DE ESPERANZA DE ESTE DOMINGO DÍA DEL SEÑOR:

"Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho amor"
Re' rik'ihaal mahk kuyuuj chik taqeh, maj ruum reh chi yohb'aal wach rukuyuuj eh rik'axb'aal"

2 Samuel, 12
7. Natán le respondió: «Tú eres ese hombre. Esto te dice Yavé, Dios de Israel: Yo te ungí rey de Israel y te libré de la mano de Saúl.

8. Te entregué la familia de tu señor y puse a tu disposición sus mujeres; te di poder sobre Judá e Israel; y por si fuera poco, te daría más todavía.
9. ¿Por qué entonces me has despreciado, haciendo lo que no me gusta? Tú no sólo fuiste el causante de la muerte de Urías, el heteo, sino que, además, le quitaste su esposa. Sí, tú lo has asesinado por la espada de los amonitas.
10. Pues bien, ya que me has despreciado y te has apoderado de la esposa de Urías, jamás se apartará la espada de tu casa.
13. David dijo a Natán: «Pequé contra Yavé.» Natán le respondió: «Yavé por su parte perdona tu pecado y no morirás.

 Salmo 31
A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado: ¡tú que eres justo, ponme a salvo!
3. Inclina tu oído hacia mí, date prisa en librarme. Sé para mí una roca de refugio, el recinto amurallado que me salve.
4. Porque tú eres mi roca y mi fortaleza; por tu nombre me guías y diriges.
5. Sácame de la red que me han tendido, porque eres tú mi refugio.
6. En tus manos encomiendo mi espíritu, y tú, Señor, Dios fiel, me librarás.
7. Aborreces a los que adoran ídolos vanos, pero yo confío en el Señor.
8. Gozaré y me alegraré de tu bondad porque has mirado mi aflicción y comprendido la angustia de mi alma;
9. no me dejaste en manos del enemigo, me has hecho caminar a campo abierto.
10. Ten piedad de mí, Señor, pues estoy angustiado; mis ojos languidecen de tristeza.
11. Mi vida se consume en la aflicción y mis años entre gemidos; mi fuerza desfallece entre tanto dolor y mis huesos se deshacen.
12. Mi enemigo se alegra, mis vecinos se horrorizan, y se espantan de mí mis conocidos: si me ven en la calle, se alejan de mí.
13. Se olvidaron de mí, como de un muerto, soy como un objeto inservible.
14. Oigo los cuchicheos de la gente, y se asoma el terror por todas partes. Se unieron todos en mi contra, tramaron arrebatarme la vida.
15. Pero yo, Señor, confío en ti, yo dije: Tú eres mi Dios.
16. Mi porvenir está en tus manos, líbrame de los enemigos que me persiguen.
17. Que sobre tu servidor brille tu rostro, sálvame por tu amor.
18. A ti clamé, Señor, no sea confundido; confundidos sean los impíos, lánzalos a la mansión del silencio.
19. Enmudece los labios embusteros, que hablan insolencias contra el justo con orgullo y desprecio.
20. Qué bondad tan grande, Señor, es la que reservas para los que te temen. Se la brindas a los que en ti esperan, a la vista de los hijos de los hombres.
21. En secreto, junto a ti los escondes, lejos de las intrigas de los hombres; los mantienes ocultos en tu carpa, y los guardas de las querellas.
22. Bendito sea el Señor, su gracia hizo maravillas para mí: Mi corazón es como una ciudad fuerte.
23. Yo decía en mi desconcierto: "Me ha arrojado de su presencia". Pero tú oías la voz de mi plegaria cuando clamaba a ti.
24. Amen al Señor todos sus fieles, pues él guarda a los que le son leales, pero les devolverá el doble a los soberbios.
25. Fortalezcan su corazón, sean valientes, todos los que esperan en el Señor.

Segunda Lectura
Galatas capitulo 2. versículo 16. 19 -21
16. Sin embargo hemos reconocido que las personas no son justas como Dios las quiere por haber observado la Ley, sino por la fe en Cristo Jesús. Por eso hemos creído en Cristo Jesús, para ser hechos justos a partir de la fe en Cristo Jesús, y no por las prácticas de la Ley. Porque el cumplimiento de la Ley no hará nunca de ningún mortal una persona justa según Dios.
19. En cuanto a mí, la misma Ley me llevó a morir a la Ley a fin de vivir para Dios. He sido crucificado con Cristo,

20. y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Todo lo que vivo en lo humano lo vivo con la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
21. Esta es para mí la manera de no despreciar el don de Dios; pues si la verdadera rectitud es fruto de la Ley, quiere decir que Cristo murió inútilmente.
El Evangelio de Hoy:
Lucas 7, 36-8,3.
36. Un fariseo invitó a Jesús a comer. Entró en casa del fariseo y se reclinó en el sofá para comer.
37. En aquel pueblo había una mujer conocida como una pecadora; al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, tomó un frasco de perfume, se colocó detrás de él, a sus pies,
38. y se puso a llorar. Sus lágrimas empezaron a regar los pies de Jesús y ella trató de secarlos con su cabello. Luego le besaba los pies y derramaba sobre ellos el perfume.
39. Al ver esto el fariseo que lo había invitado, se dijo interiormente: «Si este hombre fuera profeta, sabría que la mujer que lo está tocando es una pecadora, conocería a la mujer y lo que vale.»
40. Pero Jesús, tomando la palabra, le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» Simón contestó: «Habla, Maestro.» Y Jesús le dijo:
41. «Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas y el otro cincuenta.
42. Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a ambos. ¿Cuál de los dos lo querrá más?»
43. Simón le contestó: «Pienso que aquel a quien le perdonó más.» Y Jesús le dijo: «Has juzgado bien.»
44. Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.
45. Tú no me has recibido con un beso, pero ella, desde que entró, no ha dejado de cubrirme los pies de besos.
46. Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis pies.
47. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le perdona poco, demuestra poco amor.»
48. Jesús dijo después a la mujer: «Tus pecados te quedan perdonados».
49. Y los que estaban con él a la mesa empezaron a pensar: «¿Así que ahora pretende perdonar pecados?»
50. Pero de nuevo Jesús se dirigió a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»
Capitulo 8
1. Jesús iba recorriendo ciudades y aldeas, predicando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce
2. y también algunas mujeres, a las que había curado de espíritus malos o de enfermedades: María, por sobrenombre Magdalena, de la que habían salido siete demonios;
3. Juana, mujer de un administrador de Herodes, llamado Cuza; Susana, y varias otras que los atendían con sus propios recursos.
Sacerdote: Palabra de Dios.
Fieles: Gloria a ti señor Jesús.

Los invitamos fortalecer su fe en la verdadera misión de Cristo y sus apóstoles, cristo cabeza de la iglesia y pedro la máxima autoridad en cristo en la tierra, representados a través de los obispos, cardenales y su santidad el Papa Francisco. Sucesor de San Pedro.

Por: Etul
coordinador Centro Radial Poqomchi' Diócesis de la Verapaz.

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