domingo, 14 de julio de 2013



  1. SANTAS MISIONES EN LA VERAPAZ                                                                                 La realización en concreto de lo que Dios quiere: He aquí la gran sabiduría. Todo el trabajo de la vida sabia consiste en esto: en conocer la voluntad de mi Señor y Padre. Trabajar en conocerla, trabajo serio, obra de toda la vida, de cada día, de cada mañana, ¿qué quieres Señor de mí….? Esta es mi gran misión, mayor que hacer milagros. Lo que el mundo moderno espera para reconocer a Cristo, es ver la vida de Cristo reproducida en nuestras vidas …Nuestra actividad ¿no nos une eternamente a la oración divina que salva al mundo?… Al desear con todo nuestro deseo lo que Dios quiere, nos asociamos a todo lo que El hace en la humanidad y lo realizamos con Él. El apóstol no es el activista, sino el que guarda en todo momento, su vida bajo el impulso divino. He aquí nuestra misión. Gritar por el mundo entero el amor que Dios nos ha tenido, el amor de Cristo hasta la sangre, la ternura maternal del Corazón de María. Nuestro cristianismo se reducirá a una fórmula muy simple: ser otro Cristo, dejar que Él se apodere de mí, hacer lo que Él haría en mi lugar, amar como Él. Ser como Cristo mensajero de la caridad. Él toma nuestros cansancios, nuestros sufrimientos…Hacer ver a nuestros contemporáneos que Cristo aún vive entre nosotros.Transformar todo lo que nos rodea, tener por fin último la conversión del mundo entero. Y el instrumento de esas obras grandes puedo ser yo, a pesar de mi pequeñez. La misión del cristianismo es la de iluminar el mundo con la caridad de Cristo. …Tenemos responsabilidad: Misionar el mundo desde la colina de la ascensión. Tenemos la responsabilidad del mundo entero. Nuestro Señor no va a hacer nada sino por nosotros, no va hablar sino por nosotros. Tenemos la responsabilidad del crecimiento de la Iglesia.

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